Icons & Retablos
Las iconografías de Nuestra Señora de los Dolores y de la Madre de Dios, Alegría de Todos los que Sufren ilustran el sacrificio de Cristo y la intercesión de la Virgen María para redimir a la humanidad. Como madre que ha perdido a un hijo, María siente el dolor de la humanidad e intercede en nombre de los enfermos y afligidos.
El retablo de la imagen individual de Nuestra Señora de los Dolores nos muestra el dolor de María por la pérdida de su hijo. Su sufrimiento es evidente en la expresión afligida y las espadas que le atraviesan el corazón; a veces, estas imágenes incluyen instrumentos de la pasión de Cristo.
En este ícono, María aparece rodeada por una mandorla, que representa la eternidad, y por escenas de ángeles que son testigos de su sufrimiento y que le rezan a la Madre de Dios para pedirle ayuda. Los íconos que forman parte de esta exposición se pintaron a partir del prototipo o el original del ícono, que se consideraba “milagroso” y se celebra con una festividad litúrgica. Esto difiere de los retablos, que los fieles no consideran objetos que pueden obrar milagros, sino que simplemente son una herramienta que facilita la experiencia espiritual y mística a través de los sentidos.